Hoy, nuestra querida Argentina esta intoxicada por causa de un estúpido, fofo e indigesto Estado presente, una Argentina abstraída en escenarios de miseria, pobreza y precariedad, ensimismada en un futuro de mentiras que nunca terminan de digerirse, enfrascada en una melodía de violines que aturden en la cubierta de un Titanic que no cesa de hundirse, expoliado hasta la médula por una clase política que no deja de concentrarse en su interminable ombligo, Argentina se ha transformado desde hace décadas en un país a la eterna deriva de fracasos tras fracasos.
En medio de esta tempestad, proyectos políticos y económicos fracasados una y mil veces pujan por vendernos espejismos de colores, ilusiones ópticas que colisionaron contra la realidad mientras aumenta indefinidamente la pobreza, la indigencia mientras perecen los dorados sueños de millones de argentinos cada vez mas asqueados, angustiados y sumergidos en la incertidumbre y la miseria.
La Argentina necesita simplemente retornar a las fuentes de nuestra historia, simplemente recurrir a los pensamientos del autor intelectual de la Constitución de 1853, recurrir a Juan Bautista Alberdi:
“La ignorancia no discierne, busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera, se vende. Alejar el sufragio de manos de la ignorancia y de la indigencia es asegurar la pureza y acierto de su ejercicio. Algunos dirán que es antidemocrático pero la democracia, tal como ha sido ejercida hasta ahora nos ha llevado a este triste destino”
“La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual”
“El que no cree en la libertad como fuente de riqueza, ni merece ser libre, ni sabe ser rico. La Constitución que se han dado los pueblos argentinos es un criadero de oro y plata”
Ya nos decía el General San Martin:
“Hace más ruido un hombre gritando que cien mil que están callados”
La Argentina necesita ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!
Dr. Guido Maisuls
Buenos Aires, Argentina