¡Queridos Hermanos Negros!

¡Queridos Hermanos Negros!

En momentos que se está produciendo en Israel una nueva ola de protestas y bloqueos de carreteras por miembros de la comunidad etíope israelí que se manifiestan por la muerte de Solomon Tekah, de 19 años y la brutalidad policial, con un saldo de 83 personas lesionadas y vehículos particulares, móviles de policía y ambulancias dañados, deseo reproducir mis reflexiones sobre esa comunidad etíope israelí que escribí un 27 de marzo de 2008 en Israel.

Cuando era un niño de escuela primaria la cuestión racial despertaba en mi emociones y pensamientos de repulsión y rechazo, tanto la visión de la ilustración de la cabaña del tío Tom de Harriet Beecher Stowe, donde el amo blanco castigaba impunemente a su esclavo negro hasta las espantosas fotografías de montañas de cadáveres de judíos asesinados en el holocausto por el monstruo nazi.

Un 21 de febrero de 1965 cae asesinado un luchador por los derechos de emancipación de los negros: Malcolm X, quien cambió su nombre de Malcolm Little a Malcolm X, “Al adoptar la ”X’ anuncia lo que has sido y lo que serás: ex-esclavo”. Una historia que a pesar de crear en mi, reparos de tipo ético y moral, por contener ciertas connotaciones de prejuicios y odios hacia los blancos, aun así despertaban en mi gran admiración y simpatía, como gesta emancipadora, como paradigmas de dignidad, tal vez influido por el recuerdo de los veinte siglos de exilio, persecuciones y sufrimientos de mi pueblo judío.

Durante mi adolescencia soñadora e idealista, me conmovió de rechazo y espanto, ese 4 de abril de 1968, donde un activista del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los negros americanos y Premio Nóbel de la Paz, Martin Luther King fue asesinado salvajemente por el motivo de dejar plantado una valiosa semilla de paz y convivencia entre los seres humanos.

Cuando llegué a Israel con mi familia tuve mi primer grato y atípico contacto con nuestros judíos negros, los falashas. Un jueves a las once de la noche nuestro transporte que nos conducía desde el aeropuerto Ben Gurion llegaba a destino: el centro de absorción de la Agencia Judía. Mi hijo mayor que venía dormitando se despertó y viendo la gran comitiva que nos estaba esperando para darnos la bienvenida constituida por voluntarios israelíes y un numeroso grupo de jóvenes inmigrantes de Etiopia que residían en el lugar, exclamó asombrado: “papa, no llegamos a Israel, nos equivocamos, estamos en África”; al día siguiente mi hijo jugaba al fútbol con ellos. Ese domingo por la noche la comunidad etíope festejaba Simjat Torá bailando con los rollos de la Torá  al son de los tambores africanos.

Estos falashas fueron “descubiertos” en 1860 por misioneros británicos que fueron los primeros occidentales en encontrarse con ellos y poco después el investigador Joseph Ha Levy decidió ir a conocerlos personalmente, luego de un recibimiento pleno de recelo, desconfianza y curiosidad le preguntaron: “¿Usted se dice judío? ¿Cómo pretende ser judío, si usted es blanco?”

En mis posteriores contactos los fui descubriendo como gente muy noble y sencilla que consideran a Israel como su única patria y la de sus ancestros, vivenciando un proceso de adaptación lento y difícil, ya que su cultura de origen dista muchísimo del moderno y sofisticado Israel de hoy.

Tuve la triste experiencia de observar repugnantes actos de discriminación hacia ellos por el pecado de su piel más oscura que la nuestra, detestables e ignorantes personajes de piel blanca que manifiestan a viva voz en los medios de transporte público, no aceptar que estos verdaderos hermanos vayan sentados en el mismo asiento que ellos porque son negros, entonces sentí brotar de mi a borbotones mi cariño y mi solidaridad, como si yo fuera también un verdadero falasha de piel blanca.

Nos decía William Safire durante la operación Moisés.
“… Por primera vez en la historia, millares de negros están siendo llevados a un país, no en cadenas, sino con dignidad; no como esclavos, sino como ciudadanos”.

La Operación Moisés fue organizada por el gobierno israelí en 1984 para trasladar a la comunidad de los judíos etíopes desde Sudán hacia Israel.

Escrito un 27 de marzo de 2008 en Israel.

Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

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