La DAIA que viene, un debate imprescindible
Transcurriendo ya el primer semestre de este peculiar año 2024 se comienza ya a escuchar en los pasillos físicos y virtuales de la Comunidad Judía Argentina insistentes murmullos sobre la inminente cercanía de la próxima DAIA.
Se lanzaron (hasta ahora) tres candidatos para presidir la próxima DAIA: Darío Epstein, Adrián Moscovich y probablemente Ricardo Furman luego de la renuncia de Marcos Cohen de la lista oficialista “Beiajad”
¿Cómo se proyectará la próxima DAIA desde el 2025 al 2027?
En verdad es un gran desafío para el liderazgo judío y la comunidad toda, en tiempos en que la República Argentina transcurre en medio de profundas y complejas transformaciones socioeconómicas, culturales y políticas pero inmerso en un mundo con graves conflictos bélicos y azotado con un brutal antisemitismo con sombrías reminiscencias de las épocas de la vieja Europa previas a la Shoah.
Convengamos que la necesidad primaria de la DAIA es y será más que nunca ser conducido por un liderazgo sólido, coherente y enraizado en los requerimientos de tantas instituciones y voluntades que conforman eso que llamamos Comunidad Judía Argentina.
No es conveniente convertir a la DAIA en una cáscara vacía como una balsa que navegue sin rumbo a la deriva, necesitamos que sea conducida por un liderazgo sólido que sepa transformar la realidad en base a los más legítimos intereses de las instituciones comunitarias que le otorgan soberanía a su mandato.
Es necesario construir una DAIA que armonice con los tiempos que corren donde habrá que hacer cambios trascendentes y evitar aquello de “cambiar formalmente para que nada cambie”
Sin lugar a dudas, la DAIA que viene tendrá que asumir trascendentes y urgentes desafíos de la realidad en la que transcurre la vida comunitaria judía argentina:
1. Fortalecer la autonomía de los dirigentes comunitarios frente al poder político, económico y financiero de la política nacional y de los entes privados.
2. Asumir una centralidad manifiesta de la DAIA en la lucha contra el antisemitismo y el antisionismo y no confundirse en los intrincados laberintos “políticamente correctos” que la alejen de sus propósitos fundacionales.
3. Aportar a la sociedad argentina un modelo de liderazgo basado en el pluralismo de ideas, la convivencia democrática y en una férrea convicción para enfrentar al antisemitismo.
4. Gestionar una conducción sin personalismos, con trabajo en equipo y consenso en las decisiones comunitarias.
5. Desarrollar un compromiso de altísima responsabilidad hacia una comunidad expectante y necesitada de profundos cambios de paradigmas acordes a los complejos tiempos que transcurren.
6. Atraer a todo el amplio y valioso espectro de intelectuales y profesionales judíos que en la actualidad están aportando maravillosamente a la sociedad argentina en todos los campos del quehacer nacional.
7. Asumir una firme vocación de apertura al recambio generacional en la DAIA y crear un espacio contenedor, atractivo y abierto para una juventud que pueda participar democráticamente, opinar, sentirse representados y crear nuevas propuestas que trascienden a estos tiempos presentes.
8. Aportar a la unidad de la comunidad judía porque es la síntesis del pensamiento democrático, que respete la existencia de diferentes posiciones, que no pretenda representar a un solo pensamiento y que lo genere desde la participación, el diálogo y el debate.
9. Nutrirse en la fe ancestral judía, sus valores éticos y sus irrenunciables vínculos con el Estado de Israel, perseverar en ser plenos y orgullosos ciudadanos argentinos y asumir activamente todos los desafíos que demande nuestra sociedad argentina de la que somos parte y estamos indisolublemente inmersos.
10. La dirigencia judía actual deberá estar inexorablemente a la altura de las circunstancias que nos demanda una realidad mundial plena de incertidumbres y complejidades.
