_Rosh Jodesh Adar_
*¿La felicidad viene en caja?*
¡Que aburrido que es estudiar leyes! Secas, limitantes, asfixiantes. ¡Que tedioso cuando todos hacen exactamente lo mismo! Todos vestidos igual, hablan igual. ¡Que fastidio!
Divertido es lo laxo, lo dinámico y espontáneo. El humor es principalmente lo inesperado, un cómico nos tiene que sorprender. Por eso llama la atención que este mes Adar, “el mes de la alegría” coincida con una Perasha que habla de leyes civiles y con otra Perasha Shekalim (es una de las pocas veces en el año que se leen tres rollos en un Shabat) que habla de un tributo de medio siclo de plata que *todos* daban por igual.
La felicidad de este mes se declara a partir de la historia sucedida en Persia hace 2500 años en el cual el pueblo judío se salva de la aniquilación física total.
Ahí está el secreto, en lo físico, a diferencia de Janucá que el *alma* corría peligro de asimilación, el exterminio acá era concretamente al *cuerpo.*
A veces las personas espirituales pierden de vista la importancia de lo material y concreto, pudiendo convertirse en fanáticos que desprecian la vida humana en aras de “su religión”. Que prefieren rezar antes que ayudar.
El tania plantea que la hazaña de la unión del pueblo judío no es la de las almas que ya están fusionadas, eso no es novedad, sino en la tolerancia y en el respeto al otro. Para eso están las leyes civiles.
Por eso cada uno colaboraba con una moneda para comprar en conjunto cosas físicas para gastos comunes, no espirituales.
La mayor frustración se da cuando uno tiene mayores expectativas de las posibles, eso genera ansiedad y enojo.
La verdadera felicidad es la que se monta en lo terrenal, se palpa, se siente.
Por eso en las Mitzvot de Purim, *no prendemos velas*, ¡al revés! son acciones concretas: Ayuda a dos pobres con dinero, envíales dos comidas al que lo necesite, come una buena comida, escuchá la Meguilá.
Shabat Shalom
Iosi Levy
Servicio judío de opinión e investigación periodística
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