A 28 años de AMIA: ¡Que nuestras voces se alcen y atruenen a la impunidad y a la indiferencia!
En Argentina hemos sufrido dos atentados islámicos y ni el Estado, ni el establishment político, ni los sucesivos gobiernos que se sucedieron hicieron nada contra ellos.
Un extenso y desafinado coro de políticos y funcionarios públicos nos atosigaron con declaraciones rimbombantes prometiéndonos sesudas investigaciones, milagros y espejismos de justicia.
Se han encubierto a los asesinos materiales e intelectuales y para colmo de colmos se los ha querido proteger a través de un memorando con la República Islámica de Irán y el impune magnicidio del Fiscal Alberto Nisman.
Ha transcurrido el tiempo, en estos 28 años los medios de difusión han inundado nuestros oídos y mentes de enredos, intrigas, divagaciones y conjeturas.
Los negacionistas y solapados revisionistas de siempre acusaron y calumniaron a Israel y a los sionistas del mundo de todo lo malo que ocurre y ocurrió.
La Justicia Argentina ha solicitado la captura de diplomáticos y funcionarios iraníes a los que se acusa de ser quienes decidieron, planificaron y organizaron el atentado de AMIA, el 18 de julio de 1994 pero nuestras manos vacías muestran dramáticamente la carencia total de realizaciones.
Mientras tanto la impunidad y la indiferencia continúan reinando sombríamente, acompañadas de sus dos serviles cómplices, la injusticia y la hipocresía.
Después de 28 años de impunidad e indiferencia es necesario e imprescindible que nuestras voces se alcen y atruenen. cuestionen, desafíen, molesten, enojen, incomoden y promuevan cambios en el círculo rojo, en el establishment político, en el extenso y desafinado coro de funcionarios públicos de turno, en una justicia lerda, indolente e impotente, en los negacionistas y solapados revisionistas, en los corruptos de guante blanco, en los indiferentes que miran siempre para otro lado y en aquellos que simplemente optan por callarse, taparse los oídos y tratan de no ver más allá de sus mezquinos intereses.
A 28 años de AMIA: ¡Que nuestras voces se alcen y atruenen a la impunidad y a la indiferencia!
