Espantoso!!! Un Papa que niega al terrorismo islámico y falsea el legado cristiano es insostenible !!! Tenemos aún demasiados israelíes cautivos con un sufrimiento insoportable, injusto e inhumano.
La provocación del Papa: Alguien debería explicarle a este “Papa” que Jesús nació, vivió y murió como judío en su Tierra de Israel.
“Un judío llamado Jesús”
Invaden nítidamente mi mente, esas imágenes de hace mas de veinte siglos aquí en la tierra de Israel donde vivía un judío llamado Jesús de Nazareth. Él era uno de los numerosos descendientes de los nativos que habitaban desde hacía miles de años en los territorios de Judea o Yehudah en hebreo, en las ciudades de Jerusalem, Shejem, Jericho, Jebron y Bethlehem.
Fueron épocas de mucho desorden y perturbación, tiempos en que los judíos que era gente muy rebelde cuando se les quería imponer yugos externos, se sublevaban contra la dominación del Imperio Romano.
Jesús era un judío nacido y educado en las tradiciones judías, que durante su educación leyó los escritos de los grandes sabios de su pueblo. Allí aprendió el primer mandamiento de Moisés “No tendrás más Dios que a Mí” y “Amarás a tu prójimo como a tí mismo”.
Es probable que el pueblo judío necesitara en forma desesperada, un mesías que los sacara de tanto sufrimiento y les devolviese la gloria que una vez tuvieron tal como les ocurriera con Yehuda de Galilea y Simón Bar Cojba.
Entonces Jesús decide crear una nueva corriente dentro del judaísmo de aquella época para encontrar soluciones a tan duro sufrimiento y comenzó a predicar en el seno de su pueblo.
Numerosos judíos confiaron en el y lo siguieron como a su maestro o rabino y muchos creyeron que el – Jesús de Nazaret – era el Mesías, el líder y conductor de un nuevo movimiento que los llevaría a la salvación.
Se identificaban a sí mismos como sus seguidores pero ni en sueños se imaginaban estar creando una nueva religión, diferente a la de sus padres y ancestros.
Jesús nació en el seno de una familia judía, vivió y predicó como un judío y hasta su muerte nunca se imaginó – ni siquiera en sueños – abandonar el judaísmo, nunca pensó que estaba creando una nueva religión, Jesús no podría jamas concebir ser el hijo de Dios.
El judaísmo en cuyo marco se desarrolló la educación de Jesús, no aceptaba la creencia de que un hombre pueda ser Dios, ya que resultaba incompatible con su estricto monoteísmo.
La creación de una nueva religión se produce posiblemente en épocas posteriores cuando el movimiento se abre al ingreso masivo de gentiles y se suprimen los preceptos judíos como obligatorios y se incorporan ideas ajenas a las raíces judías originales.
Desde mi juventud observaba con cierta sorpresa e incredulidad la imagen física de Jesús a la que nos han acostumbrado los retratos clásicos, tan alejada de la realidad de un judío de hace dos mil años atrás: piel blanca y delicada, rasgos europeizados, cabellos y barbas castaños y lacios, ojos claros, es decir un europeo clásico de todas las épocas. Siempre me intrigó la idea de cuál era la realidad más probable del rostro de Jesús.
Pude salir de dudas cuando tuve acceso a una información publicada en España por el diario El País (28-3-2001), la BBC decidió investigar científicamente el posible rostro que pudo haber tenido Jesús con la ayuda de un cráneo judío del siglo I encontrado en Jerusalén y utilizando tecnología gráfica digital de última generación. La reconstrucción facial estuvo a cargo del médico forense Richard Neave (Universidad de Manchester).
El resultado fue asombroso y mis dudas se disiparon espontáneamente, la investigación arrojó como resultado un Jesús con cabellos, cejas y barbas negras y ondulados; pómulos, mandíbulas, labios y nariz abultados y prominentes, tez morena tendiendo a oscura. Una típica imagen de un campesino judío de la Galilea de aquellos años y porque no la de muchos actuales hombres que tanto abundan en nuestras ciudades israelíes.
De ahí en adelante todo fueron devenires de la humanidad, una larga y compleja historia que llega hasta nuestros días.
Por mi parte y para mi plena conciencia, siempre fuiste, sos y serás Yeshúa, el judío de Nazareth.