
Entrevista a Ariel Eichbaum: “AMIA tiene los más altos estándares en calidad, transparencia y profesionalismo”
- ¿Cuál fue su motivación para integrar la conducción de la AMIA?
Ariel Eichbaum: Integro la AMIA no solo desde mi rol en la actual comisión, sino que también lo hice en la anterior. Son muchos años y los motivos por los cuales uno está en una institución que demanda tanta entrega y vocación,son multicausales. No hay una sola razón. Los motivos están vinculados básicamente con la historia de cada uno, con la educación que uno recibió, con el vínculo con la familia, con la comunidad, con el quehacer comunitario, con la preocupación por nuestro pueblo y con el futuro común del judaísmo en la Argentina y en la diáspora. Todo eso hace que uno se vaya involucrando y continúe involucrándose emocional y afectivamente, hasta que en un determinado momento se toma la decisión de activar. Tengo abuelos vinculados con las instituciones y con la dirigencia. De alguna manera uno lleva la actividad comunitaria en el corazón y en la sangre. Es una vocación que uno desarrolla.
- ¿Cree que se han cumplido sus objetivos a pocos meses de concluir su mandato?
Ariel Eichbaum: Considero que hemos superado las expectativas ampliamente. Con el correr de los años se han planteado nuevos objetivos, algunos de los cuales están en vías de concreción. Muchos se han concretado y algunos se concretarán cuando termine nuestro mandato. Hemos levantado muchísimo la vara en varios aspectos. En el mundo de las ONG´s, la AMIA hoy es una organización que tiene estándares de calidad, transparencia y profesionalismo que son realmente un orgullo para la comunidad y para el país. Incluso fuimos recientemente evaluados en la final del Premio Nacional a la Calidad, que es muy relevante.
- ¿Puede hacer un somero balance sobre el desempeño de la AMIA durante esta dura y prolongada pandemia del COVID?
Ariel Eichbaum: Hemos atravesado una pandemia que ha sido un desafío para toda la sociedad y para el trabajo comunitario y todas las acciones que despliega la AMIA, tanto desde lo social, lo educativo, la contención, los sepelios,lo religioso, etc. Nos configuramos en tiempo record y pudimos brindar las prestaciones que la misión institucional indica. Custodiar esa misión es la acción principal que tenemos que velar como dirigentes.
Hemos hecho una gestión económica muy prolija, austera, con inversiones, mejorando los inmuebles y los bienes capitales de la AMIA, cuando estaba todo en riesgo, y en la zozobra generalizada que trajo aparejada en términos sociales y económicos la pandemia.
Con los resultados de todo lo realizado, y viendo la cantidad de personas y familias atendidas, el soporte dado a la red escolar y a la red social en general, el desarrollo del programa de la red de empleo, la acción del voluntariado, hemos realizado un trabajo formidable en resolver situaciones apremiantes y ofrecer respuestas concretas. En la dificultad se pudo ver hasta dónde la fuerza del voluntariado y del staff profesional de la AMIA están preparados porque se logró garantizar derechos esenciales y ofrecer prestaciones integrales. Dejamos una vara muy elevada, muy distinta a esa AMIA que en el año 2008 encontró el BUR cuando comenzó a ocupar la Presidencia. Año tras año,la AMIA ha tenido una evolución hacia estándares de profesionalismo y calidad inéditos.
- ¿Cómo definiría el proyecto del BUR para la comunidad judía argentina?
Ariel Eichbaum: En todos sus años al frente de la institución, el BUR ha dado en todas sus cadencias, pruebas cabales de garantías a la comunidad de tener un proyecto. ¿Qué es lo que ofrece el BUR? Eso lo denota toda la comunidad: ofrece honestidad, seriedad, transparencia, conducciones austeras, abocadas y adscriptas al cuidado de la misión institucional. De esta manera es posible desenvolverse en un país y en una comunidad que está penetrada por la grieta política, y por lo que sucede en otras esferas que no son las comunitarias. Así es posible mantenerse impenetrable a presiones que no nos corresponden, cuidar los intereses únicamente comunitarios, y no ser funcional a intereses vinculados con la política nacional. En años muy complejos, se han dado garantías de mantener a la comunidad en ese sendero, con los vínculos asociativos que corresponden, con las áreas de competencia para distintos programas en una relación profesional y no de sometimientos o de aprovechamientos políticos. Creo que todo eso constituye una condición clásica que, lamentablemente, se fue perdiendo en la Argentina. El BUR ha retomado esa condición de la comunidad y ha asegurado que la visión que tiene para la comunidad es la del respeto hacia todas las expresiones de la vida judía. Personalmente he estado en todos los lugares que hemos podido y hemos trabajado con todas las instituciones dando ayuda y soporte. Hemos abierto nuestros oídos y nuestra colaboración a todo tipo de instituciones en la comunidad judía local.
Más allá de todos los temores infundados que trataron algunos de instalar, el BUR ha dado muestra de ser una expresión que no solamente accede democráticamente a los lugares que ocupa, sino que se comporta con la responsabilidad democrática de escuchar. Personalmente he convocado a ex presidentes de AMIA durante todos estos años, una y otra vez, porque me resulta importante imbuirme de sus visiones y de sus consejos. Hemos tenido una relación excelente con las demás instituciones centrales y hemos dado también una muestra íntegra de amplitud y respeto, de austeridad, de neutralidad política. Es un gran capital para la comunidad un BUR conduciendo con gran nivel, con honestidad y con éxito considero que histórico.
Esta institución tuvo momentos que no tenían la fortaleza que tiene hoy. Cuando el BUR comenzó a integrar la comisión directiva, se encontró con que en un par de tesorerías habían existido descalabros económicos y negociaciones con bancos que hoy serían impensables, inaceptables, en cualquier conducción del BUR.
Con el BUR, la institución protagonizó el salto de ser una kehilá tradicional a pasar a ser una ONG reconocida en el mundo de las organizaciones sociales. La gente puede estar tranquila. La AMIA con el BUR está en buenas manos.
- ¿Se puede conducir la AMIA manteniendo la autonomía e independencia de la política nacional?
Ariel Eichbaum: No solamente que se puede hacer, sino que es una obligación hacerlo. Quien no puede hacerlo no está a la altura de ocupar un cargo en la dirigencia judía. Así de simple. Creo que el BUR ha hecho escuela en la conducción de la AMIA en ese aspecto.
Nuestros vínculos con los gobiernos provinciales, nacionales y municipales tienen que ver con actividades que podamos desarrollar y están vinculados con nuestros cementerios, nuestros programas de capacitación para empleos, nuestros programas de inclusión social, de educación, con nuestra gestión cotidiana. Siempre tienen que ser con una relación profesional. Con la política nacional, lo que más atraviesa nuestra relación es la causa del atentado que tanto dolor nos sigue produciendo. Aunque no es una misión fundacional, desde hace 27 años el reclamo de memoria y justicia pasó a ser una de las misiones de la AMIA también.
La causa no debiera ser utilizada por ningún sector. Tiene que ser una causa de la ciudadanía en su conjunto y de los poderes del Estado esté quien esté. AMIA es víctima institucional de un atentado que fue un acto de guerra contra la nación argentina, perpetrado por un Estado extranjero. Esto no puede ser utilizado en términos partidarios.La resolución de la causa debe ser de interés nacional y el Estado debe tomar medidas para que se logre el juicio y castigo correspondiente a los responsables, tanto de los autores intelectuales como materiales y de la conexión local de este hecho atroz.
Entiendo que la manera para cumplir con la misión y no ser avasallados en ningún momento por la política, es ante cada decisión primero reflexionar y siempre repreguntarse si uno está cumpliendo con la misión institucional. No se puede ser reactivo. El rol del presidente de la AMIA no es estar haciendo panelismo de la vida o estar hablando en los canales de televisión. No interpreto que ésta sea la manera de realizar la misión sino poner en valor la palabra y la opinión con rigor y precisión. Para eso, siempre llamo al debate y al análisis al equipo profesional y, por supuesto,a los compañeros de comisión directiva, para garantizar que lo que se declara y lo que se acciona siempre esté en concordancia con la misión institucional, para que siempre prime en la vida institucional la reflexión y no el ser reactivos. Tenemos las enseñanzas milenarias y el ejemplo que nos guía, como cuando durante dos mil años en el exilio, el pueblo judío se condujo en todas las diásporas donde les tocó vivir. Ésa es la manera clásica y creo que lo estamos haciendo y lo hemos hecho bien.
- ¿Cuál es su visión sobre la comunidad judía en esta post pandemia y en la situación socioeconómica y sanitaria que impacta a sus integrantes?
Ariel Eichbaum: La pandemia vino a agravar y se superpuso a la crisis social preexistente en el país. La alta inflación impactó muy fuerte –y lo sigue haciendo- en los sectores medios y bajos de la sociedad y, por supuesto, de la comunidad. Lo primero que hicimos fue observar rápidamente lo que estaba sucediendo y armamos una red de contención comunitaria. Trabajamos con instituciones que asisten a poblaciones vulnerables como nosotros. Trabajamos, codo a codo, con Tzedaká, el Joint, la fundación de Jabad y con el Hogar Ledor Vador para poder abarcar y comprender lo que estaba sucediendo, para poder otorgar un ingreso y distinto tipo de respuestas según las necesidades. Lo primero que observamos es que la gente que ya estaba recibiendo servicios sociales requería más ayuda. La labor que realizaron los trabajadores sociales de la institución fue enorme. Hoy estamos en un momento de amesetamiento que estamos controlando permanentemente y seguimos trabajando en red con las demás instituciones. Creo que fue muy madura la decisión de no trabajar individualmente sino de hacerlo en red y poder administrar distintos programas del Joint, para compartir información en base de datos en común. Esa madurez hizo que fuéramos muy expeditivos y funcionales en un momento de extrema gravedad. Además de seguir de cerca y paliar la situación de la población más vulnerable, también estuvimos trabajando muy intensamente con las escuelas y con la Federación de Escuelas, a través del Vaad Hajinuj.
7. ¿Cuál será el rol comunitario una vez que concluya su mandato en la conducción de AMIA?
Ariel Eichbaum: Nunca me propuse ser presidente de AMIA. Es un honor ocupar el cargo. Comencé en 2019 y estaré hasta el 6 de junio de 2022,cuando se realice el acto de traspaso del mando. Los tres años y medio de gestión me demostraron que AMIA es el lugar más apasionante y desafiante, en el que me ha tocado estar. Por fuera de AMIA, tengo una actividad comunitaria en una institución, que cuenta con un templo y una yeshivá, de los que me ocupo. Probablemente uno nunca se vaya de AMIA. Seguiré ayudando y colaborando de alguna manera. Veremos en qué ámbito pueda hacerlo, siempre tratando de aportar o contribuir con toda la vocación, el corazón, el afecto y el compromiso con el judaísmo en la Argentina, que finalmente es lo que me moviliza.
Entrevista al Presidente de AMIA Ariel Eichbaum realizada por Guido Maisuls para www.identidades.com.ar