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Covid-19 y Educación Judía en la Argentina
Brújula, horizonte y punto de llegada: si no es ahora ¿cuándo?
Por Batia Nemirovsky
A lo largo de la historia ha habido numerosos casos de pandemias, con distintos niveles de impacto y efectos posteriores, sin embargo la crisis originada por el Covid-19 no tiene precedentes. Ninguna otra ha sido tan global ni tan mediática.
Es difícil saber qué depara el futuro. Nadie puede afirmar con certeza dónde caerán las fichas en este nuevo juego cuyas reglas sólo comenzamos a conocer, aunque estamos embarcados en él con un profundo sentimiento de agitación, dolor y agobio.
Sí sabemos, sin embargo, que el mundo se transformará y que las comunidades judías enfrentarán cambios trascendentales.
En este escenario las organizaciones comunitarias desempeñan un papel fundamental, son actores claves para garantizar la sostenibilidad y continuidad de un judaísmo significativo y pluralista. Las Instituciones Judías tienen una responsabilidad enorme para con sus integrantes que se materializa no sólo en desarrollar una adecuada gestión. En períodos críticos como el que estamos atravesando, esperamos, además, que amplíen el círculo de influencia para que quienes aún están hasta ahora en la periferia comunitaria, o se han alejado, puedan reencontrar en ellas un lugar que les garantice algún tipo de seguridad y que los aloje y contenga con empatía, afecto y respeto por la diversidad.
En este momento, que llamaré de emergencia, todas deberían contar con un Comité de Gestión de la Crisis, compuesto tanto por profesionales como por integrantes de la junta directiva, que establezca la estrategia y defina los cursos de acción, incorpore mecanismos de comunicación que les permita mantener fluidez en el vínculo con sus diferentes públicos, tanto internos como externos, garantice que se toman las decisiones de la manera más rápida y acertada posible, y evalúe en forma permanente los puntos fuertes y débiles de la organización, para ajustar los procesos que se requieran en circunstancias determinadas durante la crisis.
La singularidad del tiempo que estamos transitando determina, a mi entender, que las prácticas y las disposiciones deberían estar orientadas por la prudencia y el respeto por la fragilidad de la situación emocional en la que todos nos encontramos.
Ante la necesidad de tomar decisiones o proyectar futuro fluctuamos entre la vacilación, la inseguridad y el escepticismo, lo cual no nos coloca en el mejor de los escenarios para mirar hacia adelante. La humanidad toda se encuentra en un profundo estado de incertidumbre en todos los campos y áreas de gestión y desarrollo; especialmente aquellos que involucran los encuentros y el estar con otros.
Y hablando de encuentros con otros, quisiera detenerme en el espacio privilegiado que para ello constituye el ámbito escolar. En las últimas semanas se autorizó en CABA el regreso a “clases presenciales”, con protocolos muy estrictos, para alumnos que finalizan este año el ciclo primario y el ciclo secundario, y en estos próximos días regresarán los pequeños de Preescolar, los que ingresaron a primer grado de la Primaria y a primer año de la Escuela Media.
En casi todos los establecimientos educativos de gestión privada de CABA , los preparativos para el reencuentro fueron y son ansiosos, precisos y rigurosos. Hay escuelas de la Red Escolar Judía a la vanguardia en el modelo y modo de acondicionamiento edilicio y de rotación de profesionales, tomando como mínimo lo dispuesto por el Ministerio de Educación de la Ciudad.
Las actividades están planificadas, los espacios están cuidados, las burbujas organizadas y el regreso de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes hasta la culminación del ciclo escolar 2020 será, tal como lo establece la normativa, progresivo, parcial y escalonado para desarrollar actividades presenciales con el objetivo de revincular a todos los actores del escenario escolar de una manera distinta a la de las clases presenciales antes de la pandemia.
La expectativa es que hasta que finalice el ciclo lectivo 2020 todos los alumnos matriculados para este año, puedan participar de esta “presencialidad limitada”, enmarcada en los protocolos de regreso consensuados.
En nuestro país, la preocupación por el futuro de las organizaciones escolares privadas es muy grande y las pertenecientes a la Comunidad Judía no son una excepción.
La profundidad de la crisis económica, social y política que tiene un preocupante signo incremental según pasan los días, ha encendido en algunos espacios, todas las alertas respecto de las amenazas reales que se ciernen sobre la escolaridad judía tal y como la conocemos.
Por eso, si en las Instituciones Escolares Judías sólo se realizan esfuerzos por volver al status quo anterior, fallamos a nuestra comunidad y perdemos una oportunidad irrepetible.
Tampoco es tiempo de recurrir a los ya archiconocidos gurúes que declaman “recetas reveladas”, para recalar en la tan mentada “nueva normalidad”, ni de considerar exclusivamente los enormes esfuerzos económicos implicados en reformas edilicias, o la apertura de nuevas líneas de apoyo económico para los padres.
Las escuelas judías tienen entre sus objetivos fundacionales, ser tanto un escenario dinámico en permanente contacto con el contexto, como un vehículo para la construcción de comunidades que estén preparadas para hacer frente a realidades cambiantes que, hoy más que nunca, no elegimos, sino que se nos imponen cada día, y nos colocan en un presente que requiere reflexión y plasticidad para formularnos las preguntas adecuadas para esta hora, recorrer y navegar los espacios e interrogantes de los grandes temas, a los que en general y por motivos diversos somos elusivos.
¿Dónde estamos parados como comunidad? ¿Qué exige este momento más que la mera gestión del día a día? ¿Dónde queremos estar, no ya a fin del 2020, sino en dos o tres años?
No se trata ya de reacondicionamientos, protocolos y burbujas o del vínculo entre aprendices y maestros. El desafío es mucho más complejo, porque en la endeble economía de la mayoría de los hogares en la Argentina, la escolaridad judía es hoy, tal y como la conocemos “un proyecto de clase”.
Precisamente, por ello el liderazgo comunitario debería tener presente que, junto a los comités de crisis que se ocupan de la actual coyuntura, urge configurar Think Tanks, Comités de Gestión Estratégica, Laboratorios de Ideas, que sin condicionamientos de ninguna índole puedan imaginar escenarios futuros para la educación judía, porque sin lugar a dudas “reimaginar la escuela” a través de las lentes del judaísmo es “reimaginar la educación” entendida como un proceso permanente más allá del espacio escolar, es “re imaginar y proyectar una comunidad de sentido”.
Se trata de encarar simulaciones y proyecciones al estilo de “túneles de viento” en la etapa proyectual de obras arquitectónicas de envergadura, para ofrecerles a las instituciones la posibilidad de preguntarse: ¿Cómo les irá en cada uno de los futuros alternativos que pueden enfrentar? ¿Qué amenazas y oportunidades pueden presentarse en cada escenario? ¿Qué tenemos que hacer hoy para prepararnos? ¿Cómo podemos sobrevivir, prosperar y ser resilientes en el futuro, sabiendo que el futuro es incierto?
Los escenarios son relatos alternativos del futuro. Imaginando cómo evolucionarán las diferentes variables a lo largo del tiempo y asignando diferentes resultados a las tendencias y eventos que son inciertos, contaremos con una variada caja de herramientas para responder a un sinfín de interrogantes que hoy nos acucian.
¿Cómo será la recuperación económica, rápida o lenta? ¿Habrá malestar social, y si lo hay cómo afectará a la comunidad judía en el país y en el mundo? ¿Continuará el distanciamiento social? ¿La educación será principalmente virtual? ¿Habrá un renacimiento religioso? ¿Se reducirán los derechos civiles?, son sólo unas pocas de las cuestiones que nos inquietan.
Las diferentes respuestas que imaginamos para cada uno de estas preguntas, y muchas más, son los componentes básicos de nuestros escenarios alternativos.
Este es el momento de influir, de transformar. Es la hora de la audacia,del liderazgo y los equipos.Es la hora de capitalizar las lecciones aprendidas. Mirar hacia el horizonte. Anticipar y trabajar con varios escenarios simultáneamente. Poner en juego la capacidad de soñar, vislumbrar futuros y prepararnos.Apalancados en nuestra rica tradición que estimula la libertad para pensar creativamente, tenemos que embarcarnos en procesos de diseño de contextos que imaginen cómo el país y el mundo se verán en los próximos dos años. No podemos predecir, pero podemos visionar futuros alternativos que afectarán a la Comunidad Judía de diferentes formas. No aseveraremos que los escenarios son probables, pero sí que son plausibles. Ayudaremos así a las diversas organizaciones a dar sentido a su contexto e identificar tendencias y factores que puedan afectarlos en el futuro.
Si no es ahora ¿cuándo?
El 2021 será seguramente una “año puente” de transición hacia algo nuevo. Estaremos navegando hacia nuevos horizontes con espacio y tiempo para reflexionar.
Rabbi Abraham J. Heschel (z”l), aseveró que: ”…En el alma del hombre hay ocultas más maravillas que las que podemos imaginar. Si está inspirado, actuará; si se lo convoca, responderá.”
Esta es la oportunidad de sacar a la luz las maravillas que nos permitirán responder con aportes significativos, brindando nuestra inspiración para la acción a quienes nos convoquen.
Convocatoria, compromiso, inspiración y acción son algunas de las claves que en todos los niveles de la Comunidad Judía tendremos que pulir para abordar la planificación para el futuro, para reconfigurar los espacios, modos y marcos de transmisión sin dejar de mirar siempre, lo que ya está grabado en la piedra: La Educación Judía debería ser al mismo tiempo brújula, horizonte y punto de llegada en el permanente camino para lograr la continuidad de la vida comunitaria, en su diversidad enriquecedora.
Prof. Batia D. de Némirovsky
Batia Nemirovsky es Graduada del Instituto Superior de Estudios Religiosos Judaicos y de la Escuela Superior de Ciencias Judaicas y de Educación.
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar