
¿Es necesario intensificar la participación democrática en la comunidad judía?
En la Argentina hemos vivido en estos últimos días de una experiencia muy dramática pero a su vez tan grotesca, dos modelos antagónicos para elegir los protagonistas de los diversos espacios políticos: Uno que buscó consensuar los nombres de sus representantes exponiéndose a la elección popular y el otro que utilizó el sistema del dedo hegemónico para luego presentarlos en la sociedad como una verdad absoluta.
Sabemos que en cada caso los resultados fueron decididamente disímiles pues los primeros le darán a la sociedad una mayor solidez política y representativa, posibilitará gestiones exitosas que no tengan las posibilidades de naufragar en cadencias burocráticas e intrascendentes; en cambio los segundos le otorgarán a sus representados una verdad impuesta a fuerza de verticalismo y autocracia.
Dicen que la democracia es una forma de gobierno donde el poder es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos de participación en la toma de las decisiones y aquí se pueden incluir a comunidades como la nuestra donde sus integrantes necesitan participar en la toma de decisiones de acuerdo a sus visiones personales.
En nuestra comunidad judía se ha ido naturalizando una modalidad de elección de los dirigentes que van a conducir a sus instituciones por “acuerdos intradirigenciales” y en muchos casos con una cada vez menor participación protagónica de los judíos “comunes y corrientes” como vos o como yo.
Muchas veces se recurren a metodologías como acuerdos de unidad comunitaria o consensos de “pared a pared” que se refieren a intentos de salir de crisis políticas de compleja resolución que frecuentemente aparecen en el devenir comunitario pero lo verdaderamente democrático es abrir las compuertas a la rica participación del voto popular que asegure una auténtica y profunda representación de la voluntad de todos los integrantes de nuestras comunidades.
En el horizonte comunitario inmediato se avizoran trascendentes elecciones en instituciones madres de nuestra comunidad imbuidas en un dramático escenario nacional y mundial de profundos cambios signados por la incertidumbre y la angustia a la que nos conduce esta post pandemia que hoy signa nuestros tiempos; por todo esto creo que es imprescindible recordar aquello que según Abraham Lincoln y muchos más creemos: “La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”