
Homenaje a los empleados de AMIA que fueron asesinados en el atentado terrorista

El 18 de julio de 1994, el atentado terrorista perpetrado contra la sede de Pasteur 633 terminó violentamente con la vida de 85 personas. Veinticinco de ellas trabajaban en AMIA. Ese fatídico día se encontraban en el edificio, como era habitual, cumpliendo con sus tareas cotidianas, cuando, a las 9:53, la explosión de la bomba les quitó el presente y la posibilidad de construir un futuro.
En el marco de un nuevo aniversario del ataque que aún permanece impune, la institución decidió rendir homenaje a los veinticinco empleados que fueron asesinados, convocar a quienes hoy forman parte de la entidad, e invitar a sus familiares para compartir un momento especial, en el que se recuerdan sus vidas y se destacan sus legados.

Hasta el momento, las conmemoraciones –que se llevan adelante en el marco de los departamentos en los cuales los empleados desarrollaban su tarea al momento del atentado– se realizaron en el área de Socios y Desarrollo, donde se desempeñaban Marisa Raquel Said y Rosita Perelmutter. En el área de Cultura, de la que formaba parte Abraham Jaime Plaksin. En el área de Programas Sociales, donde cumplían sus tareas Silvana Sandra Alguea de Rodríguez, Yanina Muriel Averbuch, Noemí Graciela Reisfeld y Marta Andrea Treibman. En el área de Sepelios Comunitarios, a la que pertenecían Norberto Ariel Dubín, Fabián Marcelo Furman, José Enrique “Kuky” Ginsberg, Agustín Diego Lew, Ángel Claudio Ubfal y Rita Noemí Worona. En el área de Seguridad, donde prestaban sus servicios Naum Band, Carlos Isaac Hilu, Gregorio “Heshele” Melman, Ricardo Hugo Said y Mauricio Schiber. En el Centro de Documentación e Información sobre Judaísmo Argentino Marc Turkow, en el que trabajaba Mirta Strier, y en la Secretaría General de AMIA, donde Naón Bernardo “Buby” Mirochnik, cumplía sus funciones como mozo de la institución.
Los homenajes seguirán el próximo mes en el Servicio de Empleo, donde se desempeñaban Dora Belgorosky y Susy Wolynski de Kreiman, y en el área de Infraestructura, de la que formaban parte Carlos Avendaño Bobadilla, Jacobo Chemauel y Olegario Ramírez.

Con el nombre “Plaquetas”, la nueva acción de recordación de AMIA propone un nuevo ejercicio de la memoria colectiva. En un clima de gran emoción, en cada homenaje realizado en los diferentes sectores, se coloca una placa con los nombres de las personas que fueron asesinadas; sus familiares participan relatando sus recuerdos y describiendo las semblanzas de sus seres queridos, y los actuales integrantes de la organización comparten sus impresiones sobre el significado de esta iniciativa que pone de manifiesto el compromiso de todos en la lucha contra el olvido.
“Desde la institución creímos necesario que los nombres de cada una de las víctimas fatales que integraron la organización, y que pagaron con su vida las consecuencias de un acto demencial y atroz, fueran recordadas, y que estén presentes, de manera cotidiana, en las áreas donde cumplieron diferentes funciones y responsabilidades”, precisó Ariel Eichbaum, presidente de AMIA. “Es una manera de no olvidar, de seguir ejerciendo la memoria, y de renovar el compromiso con la búsqueda de Justicia, una bandera que no bajaremos hasta que los responsables intelectuales y materiales reciban el castigo que corresponde”, agregó.

Organizados por el departamento de Arte y Producción de AMIA, los encuentros se llevan adelante de manera virtual. Solo en las áreas de Sepelios Comunitarios y Seguridad se hicieron en la sede de AMIA, ya que ambos sectores cumplen, en el marco de las medidas sanitarias correspondientes, sus funciones de manera presencial.
Con esta nueva acción, AMIA continúa con sus iniciativas tendientes a generar nuevas señales físicas –las plaquetas– para traer un doloroso hecho del pasado y hacerlo significativo en este presente. A 27 años del peor atentado terrorista que sufrió nuestro país, esta iniciativa convoca a reflexionar y a estimular o fortalecer el recuerdo, desde una premisa compartida: toda recordación sobre un hecho impune tiene que ser acompañado con el reclamo de justicia. Por eso, en cada uno de los actos que se realiza la denuncia de la impunidad está presente, al igual que el recuerdo de cada una de las 85 personas que fueron asesinadas.