Juan Grabois y Norman Briski (Dios los cría y el diablo los junta): “No escuché en el discurso de Briski ninguna apología, sino el sentimiento genuino de un hombre clamando por un pueblo masacrado”

Juan Grabois:

No escuché en el discurso de Briski ninguna apología, sino el sentimiento genuino de un hombre clamando por un pueblo masacrado. La sensibilidad y la verdad dicha de frente incomoda. Gaza, la martirizada Gaza, la martirizada Palestina por la que pidió el Papa Francisco. Gaza, donde las bombas criminales de un gobierno terrorista asesinan niños, mujeres, ancianos… y nos dice que así combate el terrorismo. ¿En qué momento, porque no lo escuché, Norman Briski tuvo una palabra contra el pueblo y la religión judía o a favor del terrorismo? Y cuando el vicepresidente de la DAIA dijo que “no hay inocentes en Gaza” ¿quién se escandalizó?

Desde el 7 de octubre de 2023 nos hemos solidarizado -sin peros- con las víctimas mortales, con los secuestrados y sus familias, en particular, con nuestros compatriotas. Vamos a seguir haciéndolo una y otra vez porque la sangre injustamente derramada no es patrimonio de los partidarios de la masacre palestina.

Quienes creen ser los únicos portavoces del linaje hebreo, linaje de mis ancestros paternos del que me siento orgulloso, pretenden acallar la voz del más elemental humanismo que dice ¡paren la masacre contra todo un Pueblo! ¡Basta de asesinar niños y civiles! ¡Basta de bombardear hospitales y escuelas! ¡Basta de matar periodistas y personal humanitario! ¡Basta de sembrar la desolación, demoler las viviendas, desplazar a millones, confiscar sus tierras!

¿Con qué derecho acusan de antisemitas a los ateos, judíos, musulmanes y cristianos que decimos “¡Terminen con el horror!”? ¿Cómo se atreven a difamar a cualquiera que ose cuestionar los crímenes de Estado que se suceden día tras día? Esa posición no responde a los intereses de los judíos, ni los ciudadanos de Israel, no responde a los intereses de los secuestrados, sino al gobierno corrupto y genocida de Netanyahu contra el que cada vez más israelíes se levantan.

También he notado el aumento del antijudaísmo. Lo he combatido incluso con actores y compañeros dentro y fuera de la vida política. Menos se habla del aumento de la islamofobia. Poco se dijo de la profanación de sus cementerios, como sucedió en La Matanza hace unas semanas; o de la invisibilización de esa voz que como árabes – libaneses, sirios, palestinos, egipcios- han sido parte constitutiva de nuestra patria por vía de la migración; poco se escucha a la comunidad musulmana en Argentina, una de las principales comunidades religiosas que conviven en paz en este suelo. El mal se expande cuando se siembra el odio y el pensamiento binario.

Uno mi voz al deseo de que Gaza no sea vencida porque la derrota del pueblo de Gaza, de Palestina, será la derrota de todo Medio Oriente, también la de Israel. Cuando existan dos Estados donde los pueblos y religiones convivan en paz, cuando la opresión de los palestinos termine y los comerciantes de armas pierdan su negocio macabro, la humanidad habrá ganado una batalla.

El derecho internacional público establece el principio de proporcionalidad en cualquier respuesta. En Gaza murieron más de 40.000 hombres, mujeres y niños. Las cifras están a la vista, y si pensamos con objetividad, como seres humanos, si olvidamos por un segundo la religión y los ancestros de cada cual, podremos comprender que a los ojos de Dios todos somos iguales y cada vida vale lo mismo.

 


Dr. Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
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