
La injusta sombra de la pobreza y la desigualdad se cierne sobre nosotros
Análisis editorial del Dr. Guido Maisuls
Muchas veces no queremos inmiscuirnos con los temas económicos como si esto perteneciera únicamente al área exclusiva de grandes y prestigiosos especialistas pero en la era de las comunicaciones tenemos la posibilidad de conocer y meternos con la cruda realidad que nos circunda.
Una radiografía de la situación socio económica de la Argentina: Según los últimos datos del INDEC, en el 1° semestre de 2019 un 35,4 % de la población argentina no llega a cubrir la canasta básica total (15.9 millones de personas bajo la línea de la pobreza), En el último año la pobreza aumentó del 27,3% al 35,4% (cerca de 3,8 millones argentinos más que el año anterior)
La indigencia afecta al 7,7 % de los habitantes de la Argentina con casi 3,1 millones que no llegan a cubrir el costo de la canasta de alimentos. Esta indigencia creció del 4,9 al 7,7% en el último año (1.1 millones de nuevos indigentes)
En los menores de 14 años la pobreza aumentó del 41,4 al 52,6 (5.0 millones de chicos menores de 14 años viven en hogares pobres y un millón más que hace un año) y la indigencia entre ellos subió de 8% a 13,1%.
“Nada es más difícil de soportar que la pobreza. Porque aquel que está golpeado por la pobreza es como alguien a quien todos los problemas del mundo los azotan y todas las maldiciones descienden sobre él” Midrash, Éxodo 31
Es tiempo de que dejemos de ignorar que actualmente casi la mitad de la población mundial vive con menos de 5,50 dólares diarios según el Banco Mundial.
“Ansiaban escaparse de su miseria, pero las estrellas quedaban demasiado lejos” Friedrich Nietzsche
La actual desigualdad económica en el mundo nos sorprende con la realidad de que las 26 grandes fortunas del mundo posean la riqueza equivalente a las de 800 millones de personas más pobres.
Hoy es evidente que la desigualdad mundial aumenta rápidamente y también crece la desigualdad entre “pobres” y “ricos” dentro de cada país. Desde el año 1900 el ingreso medio en los países ricos con respecto a los pobres tenía una proporción de 1 a 4 y que hoy, en plena era de la globalización, la proporción es de 1 a 30.
Mientras la concentración del 45% de la riqueza mundial está en manos del 1% más adinerado (Según el Global Wealth Report del Crédit Suisse) se produce un nivel de desigualdad sin precedentes, que amenaza con perpetuar las diferencias entre ricos y pobres hasta hacerlas irreversibles.
“…Venden al justo por plata,
Y al necesitado por zapatos;
Ellos, que codician hasta el polvo de la tierra
Que se encuentra sobre las cabezas de los pobres,
Y desvían el camino de los humildes”
Amós 2:6-7; cf.5:11
La persistencia de la pobreza y la desigualdad en el mundo de hoy no se puede justificar, la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando día a día. Hoy, el Índice de Pobreza Multidimensional 2018 elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) nos dice que hay más de 1.300 millones de personas en todo el mundo que viven en la pobreza (Población mundial actual según los datos de Census.gov (2019) ≈ 7545 millones de personas).y según el informe del Banco Mundial y la ONU “La mitad de la población pobre tiene edad menor de 18 años y un tercio de esta tasa se compone por niños menores de 10 años de edad”
“No puede haber una sociedad floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados” Adam Smith “La Riqueza de las Naciones”
El desarrollo sostenible en el planeta está seriamente amenazado porque una quinta parte de la población mundial consume irresponsablemente, con la consecuente sobreexplotación de los recursos naturales.
Mientras tanto el resto del planeta sigue girando con su injusta rutina habitual donde millones y millones de dólares son destinados a la fabricación de sofisticados armamentos para la industria de la muerte, millones y millones de dólares van dirigidos en forma insulsa al consumo de productos suntuosos y extravagancias superfluas, millones y millones de dólares se dilapidan impúdicamente en pornografía y prostitución, miles y millones de dólares se gastan en los monumentales circos deportivos donde solo le dan a la gente circo pero no pan es decir circo sin pan.
El crecimiento económico espectacular generado en los últimos años no ha contribuido a garantizar los derechos humanos ni a mejorar las condiciones de vida; al contrario, ha aumentado la desigualdad y la injusticia hasta niveles realmente escandalosos.
¿Se puede mejorar estas complejas y dolorosas realidades que vivenciamos cotidianamente?
Hoy, en lugar de que trabajemos mancomunadamente por un orden social más justo en la sociedad, la gran mayoría de nosotros los seres humanos, apenas sobrevivimos abrumados por sentimientos de pesimismo, frustración, egoísmo, materialismo y hedonismo, que nos impide enfrentar estas injusticias que ensombrecen nuestra vida y la de los demás.
Como nos decía Ernesto Sábato: “El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria”
Por todo esto debemos oponernos activamente a las injusticias que percibimos en nuestra rutina cotidiana, trabajar incansablemente por la justicia social desde nuestras imperfecciones y debilidades, atrevernos desde nuestros humildes lugares a hacer de este mundo un lugar realmente digno de ser vivido.
Análisis editorial del Dr. Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
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