La Policía de Nueva York cerró una denuncia presentada contra el miembro de la Knesset, Simja Rothman después de que le quitó un megáfono a un manifestante que lo acosaba en Manhattan

La Policía de Nueva York cerró una denuncia presentada contra el miembro de la Knesset, Simja Rothman después de que le quitó un megáfono a un manifestante que lo acosaba en Manhattan el sábado por la noche.

El Departamento de Policía de Nueva York cerró una denuncia presentada contra el miembro de la Knesset  y Comisión de Constitución, Derecho y Justicia, Simja Rothman después de que le quitó un megáfono a un manifestante que lo acosaba en Manhattan el sábado por la noche.

En un video del incidente, se ve a Rothman y a su esposa, Jana, caminando por Madison Avenue con sus guardaespaldas mientras varios manifestantes lo agreden gritándole en hebreo: “Vete a casa. Libera al país”.

Entonces, Rothman se da la vuelta y toma un megáfono de las manos de una manifestante que había estado gritando y continúa, cruzando la calle 46.

“No perdí los estribos; Cuando alguien pone un megáfono cerca de tu oído, es un asalto, si tu única forma de protegerte es usar la fuerza, eso es bueno”

Aprendo de los manifestantes a favor del gobierno de las élites que hay muchos de ellos que no distinguen entre democracia y anarquía. Ellos y sus seguidores no diferencian entre la libertad de manifestación y expresión de opinión y la intrusión en la esfera privada, la violación de la libertad de movimiento y la violencia contra quienes no están de acuerdo con ellos. Estoy decidido a proteger a mi familia ya mí mismo de ellos.

Rothman relató el incidente:

“Un pequeño grupo de manifestantes violentos nos atacó a mi esposa ya mí mientras caminábamos en Nueva York a altas horas de la noche”

“Un pequeño grupo de manifestantes violentos nos atacó a mí y a mi esposa mientras caminábamos por Nueva York a altas horas de la noche. Bloquearon mi camino, pisaron el pie de mi esposa, Chana, y maldijeron, incluso deseos de muerte…

…Mis guardias de seguridad llamaron a la policía, explicaron dónde estábamos y seguimos caminando ignorando a los manifestantes. En un momento, los manifestantes entendieron que no nos molestaban, y luego nos pusieron el megáfono en los oídos (que es una agresión) y gritaron…

Tanto los guardias como yo les dijimos, una y otra vez, que pararan y se alejaran, pero ellos continuaron…

… Tomé el megáfono que la manifestante me puso en la oreja, sin tocarla, por supuesto. Después de aproximadamente media cuadra, llegamos a un lugar donde podíamos esperar a la policía. La policía me acompañó al hotel y el incidente terminó”

 


Dr. Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística

 

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