¿Puede un creyente matar en nombre de Dios?

¿Puede un creyente matar en nombre de Dios?

¿Qué significa realmente ser un creyente? Según el diccionario un creyente es una persona practicante que cree en Dios o que confesa una cierta fe religiosa.

¿Son creyentes los fundamentalistas islámicos?
¿Qué es una Guerra Santa? Para los diversos tipos de fundamentalismos que pululan en este generoso mundo, una Guerra Santa es aquella motivada en fundamentos celestiales, no terrenales. Es una guerra supuestamente querida por dioses o ídolos y que conduce inexorablemente a la salvación de los santos guerreros que combaten en sus nombres.
Todos hemos oído hablar de fundamentalismo islámico, integrismo islámico o yihadismo. Todas estas expresiones son usualmente utilizadas para describir a las diversas manifestaciones políticas, militares y religiosas ligadas al Islam.
Los fundamentalistas islámicos de hoy ya se han lanzados a sangrientas e irracionales guerras políticas y militares, su guerra santa ya está en marcha y van en post de la conquista del mundo. A esto le denominan yihad y ellos mismos se autoproclaman creyentes y yihadistas.

¿Son creyentes los integrantes del Hamas?
Uno de los modelos más claros y definidos de jihad o “guerra santa” es la que se ha desatado en estos últimos tiempos contra Israel en general y los judíos en particular, es la pavorosa presencia de Hamas en el conflicto medio oriental: 
“‘El día del Juicio Final no llegará hasta que los musulmanes se enfrenten a los judíos y los maten. Entonces, los judíos se esconderán tras las rocas y los árboles, y las rocas y los árboles gritarán: Oh musulmán, hay un judío escondido detrás mío, ven y mátalo”. (Artículo 7) Carta Fundacional de Hamas.

¿Son creyentes los integrantes de Hezbollah o el Partido de Dios?
Hezbollah o el Partido de Dios es una milicia islámica integrista identificada con el chiismo iraní, con graves antecedentes terroristas en su prontuario, responsables de los impunes atentados contra la Embajada de Israel y la sede de la AMIA en Buenos Aires, Argentina y el homicidio de cientos de seres humanos.

¿Los alemanes se consideraban creyentes?
Elie Wiesel nos describe la dramática ejecución de un joven en la horca “Los de la SS juntaron a los prisioneros enfrente de la horca. Mientras el muchacho moría lentamente, un prisionero gritó: ¿Dónde está Dios ahora? Dice Wiesel: Y oí una voz dentro de mí contestarle: ¿Dónde está? Aquí está… colgado de esta horca.”
El mismo Elie Wiesel se pregunta: “¿Cómo puede explicarse que la Iglesia jamás excomulgara ni a Hitler ni a Himmler, que Pío XII nunca viera necesario —por no decir indispensable— condenar Auschwitz y Treblinka, que una gran proporción de los miembros de las S.S. fuesen creyentes y permaneciesen fieles a sus lazos cristianos hasta el fin, que hubiese asesinos que practicasen [el sacramento de] la confesión entre una masacre y otra y que todos ellos procediesen de familias cristianas y hubiesen recibido una educación cristiana?”

¿Los cosacos se decían creyentes?
En los años 1648/49, el levantamiento del líder de los cosacos Bogdan Jmelnitzky, masacró y casi destruyó a los judíos de Ucrania, posteriormente una nueva invasión aniquiló a los judíos de las ciudades de Bielorrusia y Lituania. El número exacto de muertes no se conoce, pero el descenso de la población judía durante este periodo fue entre 200.000 y 300.000 personas incluyendo a la emigración, a las muertes por enfermedades y a los judíos que fueron capturados por los cosacos y vendidos como esclavos.

¿Fray Tomás de Torquemada y la Santa inquisición eran creyentes?
Fray Tomás de Torquemada, el inquisidor general de Castilla y Aragón y presidente del Consejo Supremo del Santo Oficio, fue un incendiario muy famoso quien se dedico con alma y vida a la quema de herejes durante la Inquisición española.
La ejecución mediante la hoguera tenía por objeto purificar el cuerpo y el alma del hereje para poder extirpar el mal en forma segura, profunda y definitiva. 
Juan Antonio Llorente, quien fue secretario general de la Inquisición revela que: “durante el mandato de Torquemada fueron quemadas más de 10 mil personas y otras 27 mil sufrieron penas infamantes”. 

¿Los romanos dentro de su politeísmo se consideraban creyentes?
Entre los años 132 al 135 de la era común, los judíos se rebelaron masivamente contra la opresión del Imperio Romano y del emperador Adriano. Esta dramática historia concluyo trágicamente con la destrucción de la ciudad de Jerusalem y su sagrado Templo, el genocidio de entre 500.000 y 1.000.000 de judíos y gran parte de la población fue esclavizada y exiliada.

¿Dónde estaban los creyentes frente al millón y medio de niños judíos asesinados? (1939-1945)
¿Dónde estaban los creyentes frente a los seis millones de judíos, 800.000 gitanos, cuatro millones de prisioneros de guerra soviéticos o víctimas de la ocupación, y unos millones más entre polacos, presos políticos, homosexuales, discapacitados físicos o psíquicos y delincuentes comunes? (1939-1945)

¿Dónde estaban frente a los 50 millones de seres humanos exterminados? (1939-1945)
¿En dónde estaban en los Gulags soviéticos?
¿En dónde estaban cuando el Khmer Rouge mató a 1,7 millones de camboyanos?
¿En dónde estaban en el genocidio de Ruanda?
¿En dónde estaban en el atentado contra las torres gemelas del 11/9?
¿En dónde están en el genocidio producido por el dictador Bashar Al Assad en Siria? donde cerca de 360.000 personas han muerto.
¿En dónde están hoy, cuando un ser humano inocente está siendo asesinado, torturado, violado y explotado?

Caín terminaba de asesinar a su hermano Abel y oyó la voz de Di-s que le decía: “Aie Jebel ajija: ¿Dónde está tu hermano Abel?”. Y Caín, con la conciencia y la angustia de su crimen, responde: “Lo iadati, hashomer aji anoji- no lo sé, ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?” Caín sabía dónde estaba Abel. También Dios lo sabía.

El hombre tiene la inmensa fortuna y la tremenda responsabilidad de poseer el libre albedrío. No se puede reclamar a Dios por todas las iniquidades humanas pues el único responsable es el mismo hombre.

No fue Dios quien falla cuando los seres humanos cometen hechos espantosos y repudiables pues ese mismo Dios es quien nos dice “No matarás” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” pero no está en silencio, solo los seres humanos nos negamos a pensarlo, a verlo y a escucharlo.

¿Porque los seres humanos cometemos actos crueles y atroces? Y aquí les señalo la punta del ovillo: “Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿Debemos aparecer dignos de ella?”. De Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125

He aquí uno de los más sólidos fundamentos del porque los seres humanos cometemos actos crueles y atroces: Hemos querido matar a Dios y lo hemos identificado en nuestro semejante, esto esta extraordinariamente descripto en el aforismo nietzscheano de “El frenético” o “El hombre loco: “¿No oísteis hablar de aquel loco? que en la mañana radiante encendió una linterna, se fue al mercado y no cesaba de gritar: ¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios! Y como allí se juntaban muchos que no creían en Dios, él provocó grandes carcajadas. ¿Se habrá perdido?, decía uno. ¿Se ha escapado como un niño?, decía otro. ¿O estará escondido? ¿Le hacemos miedo? ¿Se embarcó?, ¿emigró?, gritaban mezclando sus risas. El loco saltó en medio de ellos y los atravesó con la mirada. ¿A dónde fue Dios? -exclamó-, voy a decíroslo. Nosotros lo hemos matado -¡vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos!”

Este es el momento histórico adecuado, preciso y oportuno para reconocer nuestras culpas humanas y volver a escuchar a Dios cuando nos dice “No matarás” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”

Y a preguntarnos: ¿Dónde estamos todos los seres humanos?

Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

Compartir en:

Comentarios de: “¿Puede un creyente matar en nombre de Dios?”

  1. La palabra clave es INTERPRETACION. Algunas religiones no tienen un libro “sagrado” que los guíe, otras sí lo tienen pero ese libro sagrado está escrito por seres humanos y es leído por seres humanos, que interpretan a su manera. Así es el Corán, las dos Biblias, y otros textos de religiones no tan extendidas como las tres monoteístas. Y los seres humanos interpretan a su gusto, a su necesidad, a su conveniencia. La maldad de parte de los seres humanos es la que hace y permite las atrocidades. Los que miran a un costado son más culpables que los asesinos, y esto lo dijeron varios filósofos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *