
Por Guido Maisuls
Hasta hoy los argentinos estamos adormecidos, nos habían incorporado el olvido a nuestras vidas cotidianas para que la indiferencia continúe golpeando las puertas de nuestra sociedad reclamando impunidad.
Y a los argentinos nos habían instalado el olvido.
El miércoles 14 de enero de 2015, el fiscal especial para la causa AMIA, Alberto Nisman, nos sorprendió al presentar ante la Justicia una denuncia contra varios funcionarios del gobierno nacional.
El domingo 18 de enero, cuatro días después de su denuncia y un día antes de que se pueda presentar en el Congreso, Alberto Nisman, fue encontrado sin vida en su departamento de Puerto Madero.
Debía presentarse ante el Congreso con las pruebas sobre las negociaciones de blanquear a los iraníes acusados aunque Nisman nunca logró conocer si sus acusaciones fueron confirmadas o no por la justicia argentina y nosotros tampoco.
¿Suicidio inducido o asesinato?
Cabe recordarnos que el fiscal Alberto Nisman apareció muerto un 18 de enero de 2015 mientras investigaba el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de Buenos Aires con sus 85 personas muertas y 300 heridas y el mayor ataque terrorista en la República Argentina cuando las evidencias responsabilizan al Gobierno de Irán por el ataque, pero la causa judicial está esperando en el freezer de la justicia argentina pese a estar vigente una orden de captura contra un grupo de ex funcionarios iraníes y un ciudadano libanés.
Hoy, los ciudadanos argentinos hoy logramos vencer al olvido y la indiferencia y elegimos buscar la Verdad.
Aunque el atentado contra la AMIA siga impune y muchos continúan discutiendo si Nisman se suicidó o fue asesinado, los argentinos hoy nos seguimos acordando de Nisman.