Promover los derechos sociales para poder garantizar los derechos humanos de la población es el propósito que guía la acción cotidiana del departamento de Programas Sociales de AMIA.
En el marco del Día Universal de los Derechos Humanos y del Día del Trabajo Social, que se celebran hoy, el sector difundió el alcance de los diferentes proyectos que desarrolla a través de los equipos que integran el Servicio Social, y las áreas de Personas Mayores, Voluntariado, Infancia y Discapacidad.
“Con un enfoque profesional de promoción de los derechos sociales, trabajamos para lograr el desarrollo de la autonomía de cada persona como sujeto de derecho”, aseguró Fanny Kohon, directora del área de Programas Sociales de AMIA. “Garantizar la calidad de vida de las personas es la prioridad absoluta de nuestro trabajo”, agregó.
A partir del momento en que se decretó la pandemia, desde AMIA se trabajó fuertemente para acompañar a las familias que comenzaron a atravesar situaciones de extrema complejidad. “Reforzamos todos los proyectos existentes y lanzamos nuevos programas, para brindar más respuestas ante el crecimiento exponencial de la demanda que recibimos”, apuntó Paula Jait, coordinadora de Servicios Sociales de la institución, quien explicó que, lejos del azar, las efemérides que se conmemoran hoy están estrechamente relacionadas: “La tarea de los trabajadores sociales es esencial para poder garantizar los derechos humanos, especialmente de los grupos más vulnerables, y también es primordial para dar cumplimiento a la misión de nuestra organización, que consiste en trabajar para poder reparar el mundo”, indicó.
“Los equipos que en AMIA se dedican al trabajo social llevan a la práctica una tarea esencial para acompañar y acercar respuestas concretas a las personas que más las necesitan. Además permiten materializar, a través del quehacer cotidiano, los valores y la misión central de la institución”, aseguró por su parte Gabriel Gutesman, secretario de Programas Sociales de la organización.
DERECHOS SOCIALES EN ACCIÓN
Desde que irrumpió la emergencia sanitaria, el trabajo social demostró su vital importancia para contener, asistir y ocuparse de las necesidades urgentes, que comenzaron a multiplicarse.
El último año, por ejemplo, se registró un incremento del 26% en la cantidad de población atendida por el Servicio Social de AMIA, que llega hoy a 2.300 familias. Entrega de viandas alimentarias, orientación social y gerontológica, asesoramiento para poder recibir las prestaciones del Estado, transferencia de ingresos, provisión gratuita de medicamentos, son sólo algunas de las muchas acciones que el área desarrolla a través de sus equipos de trabajadores sociales.
La atención y orientación a familias junto al Rabinato de AMIA y programas de inclusión escolar y de entrega de útiles escolares también forman parte del conjunto de iniciativas que se desarrollan de manera permanente.
A partir de la pandemia, se diseñaron programas específicos para atender a la población de sectores medios que se vieron seriamente perjudicados, ante la caída o la interrupción de sus fuentes de ingreso. Algunos de ellos fueron:
JIBUK: Cobertura transitoria a personas y familias de sectores medios empobrecidos hasta recuperar su capacidad de generación de ingresos.
ITJÁ: Fondo de asistencia económica para ayudar a mayores de 65 años a cubrir necesidades de salud, alimentos o vivienda.
HAKALÁ: Junto al JOINT y la Federación de Escuelas Judías Argentinas (FEJA), se brinda una línea de ayuda directa de apoyo a las familias a través de las escuelas comunitarias
MAAVAR: Brinda herramientas para reconversión laboral o desarrollo de emprendimiento
“En este marco, el trabajo articulado, que realizamos desde la Red de Protección Social de la Comunidad Judía, conformada por AMIA, El Joint, Jabad y Tzedaká ayudó a fomentar y fortalecer la inclusión comunitaria y generar proyectos que permitieron brindar más y mejores respuestas. Trabajamos en equipo con la misión de promover la inclusión y la equidad social”, concluyó Fanny Kohon.