Israel: solo se saldrá del atolladero político con más democracia

En Israel solo se saldrá del atolladero político con más democracia

En la última década, Israel se ha transformado en un rotundo éxito en los diversos aspectos de su acontecer nacional como el aumento en su calidad de vida, el desarrollo tecnológico, el progreso económico, la calidad institucional, la participación democrática, la inserción en el mundo y la extraordinaria capacidad de defensa ante sus acérrimos y numerosos enemigos.

Es indiscutible que el decisivo liderazgo de Benjamín Netanyahu ha sido clave en este progreso incesante que ha transformado a Israel en una verdadera y respetable potencia de incidencia regional y mundial luego de haber sido el país más acosado y discriminado del mundo por el solo hecho de existir.

Luego de las dos elecciones generales que no lograron culminar con un nuevo gobierno en Israel, el fiscal general de Israel Avijai Mandelblit ha imputado a Benjamín Netanyahu, por sobornos, fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción investigados por la policía a partir del 2015.

Aunque Netanyahu no esté obligado a renunciar a su cargo mientras no se dicte sentencia firme, se convierte así en el primer ministro en ejercicio acusado de soborno en la historia de Israel y si es declarado culpable puede llegar afrontar una condena de hasta 10 años de prisión.

Sea cual fuera esta gran amenaza judicial que se cierne sobre el futuro político de Netanyahu que puede ser condenado o absuelto por una confiable y transparente justicia israelí, la trama política continua su natural y dramático curso con la esperada decisión del integrante y parlamentario Gideon Sa’ar.

Gideon Sa’ar de 52 años e hijo de inmigrantes argentinos, llamó a realizar elecciones primarias en el Likud para intentar desplazar a Netanyahu del liderazgo en la muy probable situación de que Israel vaya  a una tercer elección en 12 meses, un hecho inédito en la historia política de Israel.

Gideon Sa’ar se transformaría así en el principal candidato del partido Likud para reemplazar al primer ministro Benjamín Netanyahu en el caso de tener este que dar un paso al costado.

Sea cual fuera el desenlace de este inusual atolladero en el que se encuentra transitoriamente Israel, sean Netanyahu o Sa’ar los elegidos, se vislumbran esperanzadoras señales sobre la continuidad de liderazgos que sigan manteniendo a Israel en su exitoso camino como modelo alternativo a seguir para la mayoría de los países del orbe.

Dr. Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

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