Parshat Shemot Las cosas por su nombre

Parshat Shemot
Las cosas por su nombre

Esta semana comenzamos un nuevo libro de la Torá, el libro de Shemot: Nombres, que relata el éxodo de Egipto, la esclavitud y la aflicción.
¿Por qué es tan importante recordar (repetir) los nombres?
Di-s tiene siete nombres según la Cábala, pero el no “es” ninguno de ellos. De hecho el nombre es inefable, impronunciable, por eso lo llamamos Hashem: el nombre. A cada cosa tratamos de darle su nomenclatura, incluso cuestiones sensoriales, espirituales, pero nos quedamos cortos en la definición. Un nombre no logra atrapar todo el concepto. Lo mismo que un nombre no define la complejidad de una persona.
Pero por otro lado son los nombres los que nos permiten interactuar.
Si estás en otro país tratando hacer contacto con el mozo para pedir el menú,  no sabes el nombre, le decis: ¡Hey, tú!… necesitas un nombre para poder “llamarlo” ¿Como te llamás o cómo puedes ser llamado?
Como con una olla caliente, necesitamos la manija para sostenerla. Como en la la palabra escrita, están las ideas y estructura literaria (única y diversa en cada persona) para transmitirla. Las letras, los recipientes de las ideas.
Por eso el nombre esconde misterios profundos, tiene que ver con la esencia, el nombre de las cosas, dice la Cábala,  es su energía y su materia. Y las letras tienen valor propio.
El puente, lo que permite el vínculo es tan fundamental como la cosa misma, es lo que permite conectarnos.
A pesar de la asimilación profunda que tuvieron nuestros ancestros en Egipto algo no cambió: sus nombres.
Cuando rezamos, pensamos en el nombre de Di-s pero no como tal sino como vehículo de comunicación. Hashem Ejad ushmo Ejad  Él y su nombre son Uno.

Shabat Shalom
Iosi Levy

 

Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

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