¿Qué es Janucá? ¿Es la “Navidad judía”?

¿Qué es Janucá? ¿Es la “Navidad judía”?
En mi tarea periodística y en este mes de diciembre muchos me preguntan: ¿Qué es Janucá? ¿Es la “Navidad judía”?

Hace algo más de dos mil años el ejército de Antíoco Epífanes y su cultura helenística dominaba la tierra de Israel y sometía al pueblo judío, quitándole su libertad. Judas el Macabeo y sus cuatro hermanos desde las montañas de Judea, organizaron un pequeño pero valiente grupo de resistencia para derrotar y expulsar a los invasores que los habían privado de la tan preciada libertad.

En la antesala de una gran batalla y ante el poderoso ejército enemigo que se dirigía hacia ellos exclamaron: “¿Cómo podremos combatir, siendo tan pocos, con una multitud tan poderosa?…” Judas respondió: “Es fácil que una multitud caiga en manos de unos pocos. Al Cielo le da lo mismo salvar con muchos que con pocos; que en la guerra no depende la victoria de la muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que viene del Cielo. Ellos vienen contra nosotros rebosando insolencia e impiedad con intención de destruirnos a nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, y hacerse con nuestros despojos; nosotros, en cambio, combatimos por nuestras vidas y nuestras leyes; Él les quebrantará ante nosotros; no les temáis”. Macabeos

Aunque Janucá es una fiesta establecida para conmemorar la rebelión de los Macabeos – que logró su cometido por la victoria de las armas – su contenido es eminentemente espiritual, porque fue motivada por la lucha encarnizada para perpetuar la cultura hebrea, las tradiciones del pueblo, el acervo de su creación a través de los siglos.

Por eso, precisamente, las luminarias de Janucá son todo un símbolo espiritual que reflejan a través de su llama la antorcha inextinguible del pueblo judío, que muchos tiranos se empeñaron y se empeñan por apagarla, pudiendo tan sólo quemarse ante su ardor y desaparecer de la tierra, mientras el pueblo judío puede iluminarse, renacer y cobrar nuevas fuerzas y vigor ante el resplandor que le da contenido y brillo a través de los milenios.

El mensaje de Janucá se centra fundamentalmente en la concreción de la soberanía recuperada sobre la tierra de Israel, especialmente cuando surge la posibilidad de reflexionar sobre su futuro, hacia dónde nos dirigimos en nuestra marcha histórica y cuáles serán los posibles escenarios futuros que legaremos a nuestros descendientes.

Entonces aparece en el horizonte, la necesidad de nuevos desafíos que den continuidad a los maravillosos sueños visionarios de nuestros padres fundadores y de las primeras generaciones de israelíes que construyeron este milagro sin parangón en las crónicas más recientes de la historia humana: el retorno a nuestra tierra ancestral luego de dos mil años de exilio y de la construcción de un Estado moderno y progresista, la única democracia real en toda la región.

Hoy tenemos el gran privilegio histórico de participar del renacimiento, la consolidación y el crecimiento de nuestro Israel actual, donde la Libertad retorna nuevamente, con grandes sacrificios pero también con muchas y renovadas energías y esperanzas. Aunque hoy aún, no todos somos libres, la lucha por la Libertad todavía no ha culminado, todavía existe un largo camino por recorrer.

Cuando la oscuridad impera en el mundo y estamos completamente sumergidos en las tinieblas, el resplandor de las velas de Januca penetra en la profundidad de nuestras noches, de nuestras mentes, de nuestras almas y de nuestros más preciados ideales, transformando la oscuridad en una potente luz que ilumina con gran intensidad a nuestras vidas y a la humanidad toda.

En mi tarea periodística muchos me preguntan: ¿Qué es Janucá? ¿Es la “Navidad judía”? y yo respondo: ¡Janucá no es la “Navidad judía”!

 

Dr. Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

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