Ese complejo desafío de ser un periodista judío

Ese complejo desafío de ser un periodista judío

¿Qué es el periodismo?
Dicen que periodismo es una profesión que tiene por objetivo informar a los seres humanos.

Pero, ¿Qué es el periodismo judío?
Aquí se complejiza la respuesta pues no es sencillo informar en el mundo actual sobre lo judío y aún más, a los judíos y a todos los seres humanos.

Pero, ¿Cuáles son las necesidades y dificultades del periodismo en general y del periodismo judío en particular?

Gabriel García Márquez definía: “El periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad”.
“Aunque se sufra como un perro, no hay mejor oficio que el periodismo”.
El periodismo judío también debe: “…digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad” y “…no hay mejor oficio que el periodismo”.

En una clase magistral de periodismo aportada por el genial Billy Wilder nos decía:
“Señor Boot, soy un periodista de 250 dólares a la semana. Se me puede contratar por 50. Conozco los periódicos por delante y por detrás, de arriba abajo. Sé escribirlos, publicarlos, imprimirlos, empaquetarlos y venderlos. Puedo encargarme de las grandes noticias y de las pequeñas. Y si no hay noticias salgo a la calle y muerdo a un perro. Dejémoslo en 45″
“Charles Tatum /Kirk Douglas en El Gran Carnaval. (Ace in the Hole, Billy Wilder, 1952).
El periodismo judío también debe ser: “…un periodista de por lo menos 250 dólares a la semana…”.

Ryszard Kapuscinski nos aconsejaba: “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias. El verdadero periodismo es intencional, Se fija un objetivo e intenta provocar algún tipo de cambio”.
El periodismo judío también debe ser: “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos…”.

Explica el mismo Ryszard Kapuscinski: “… El deber de un periodista es informar, informar de manera que ayude a la humanidad y no fomentando el odio o la arrogancia. La noticia debe servir para aumentar el conocimiento del otro, el respeto del otro(…) En el buen periodismo, además de la descripción de un acontecimiento, tenéis también la explicación de por qué ha sucedido; en el mal periodismo, en cambio, encontramos sólo la descripción, sin ninguna conexión o referencia al contexto histórico”.
El periodismo judío también debe ser: “…de manera que ayude a la humanidad…”.

Nos sentenciaba Tomás Eloy Martínez “El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”
El periodismo judío no debe ser “… un circo para exhibirse”.

Fernando Savater afirma: “El periodismo es una técnica para la transmisión de la verdad”
El periodismo judío debe estar diseñado ineludiblemente como “una técnica para la transmisión de la verdad”.

El genial Jorge Luis Borges ironizaba: “Los periódicos son esos museos de minucias efímeras”
El periodismo judío debe evitar a toda costa representar “… esos museos de minucias efímeras”.

Yo, opino “El periodismo debe ser crítico o no será nada”
El periodismo judío no será periodismo si no es crítico.

El periodismo judío además de poseer todos estos atributos del periodismo universal requiere otro requerimiento fundamental: “Ser judío”.

 

Dr. Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

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