¿Quién fue Yeshúa, el judío de Nazareth?

¿Quién fue Yeshúa, el judío de Nazareth?

Invaden nítidamente mi mente, esas imágenes de hace más de veinte siglos en la tierra de Israel donde vivía un judío llamado Jesús de Nazareth Yeshúa (יֵשׁוּעַ).

El era uno de los numerosos descendientes de los nativos que habitaban desde hacia miles de años en los territorios de Judea o Yehudah, en las ciudades de Jerusalem, Shjem, Jerichoh, Jebron y Bethlejem.

Fueron épocas de mucho desorden y perturbación, tiempos en que los judíos que eran personas muy rebeldes cuando se les quería imponer yugos externos, se sublevaban contra la dominación del Imperio Romano.

Jesús era un judío nacido y educado en las tradiciones judías, que durante su educación leyó los escritos de los grandes sabios de su pueblo. Allí aprendió el primer mandamiento dado a Moisés “No tendrás más Dios que a Mí” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

Es probable que el pueblo judío necesitara en forma desesperada, un mesías que los sacara de tanto sufrimiento y les devolviese la gloria que una vez tuvieron, tal como les ocurriera con Yehuda de Galilea y Simón Bar Cojba.

Entonces Jesús decidió recorrer su camino dentro del judaísmo de aquella época para encontrar soluciones a tan duro padecer y comenzó a predicar en el seno de su pueblo.

Numerosos judíos confiaron en él y lo siguieron como maestro o rabino y muchos creyeron que el -Jesús de Nazaret- era el Mesías, el líder y conductor de un nuevo movimiento que los llevaría a la salvación.

Se identificaban a sí mismo como sus seguidores pero ni en sueños se imaginaban estar creando una nueva religión, diferente a la de sus ancestros y semejantes.

Jesús nació en el seno de una familia judía, vivió y predicó como un judío y hasta su muerte nunca se imaginó – ni siquiera en sueños – abandonar el judaísmo, nunca pensó que estaba creando una nueva creencia.

El judaísmo en cuyo marco se desarrolló la educación de Jesús, no aceptaba la creencia de que un hombre pueda ser D’os,  ya que resultaba incompatible con su absoluto monoteísmo y la prohibición de idolatría.

La creación de una nueva religión se produce posiblemente en épocas posteriores cuando el movimiento se abre al ingreso masivo de gentiles y se suprimen los preceptos judíos como obligatorios y se incorporan ideas ajenas a las raíces judías originales.

De ahí en adelante todo fueron idas y venidas de la humanidad, una larga y compleja historia que llega hasta nuestros días. 

Por mi parte y para mi plena conciencia, siempre fuiste, eres y serás Yeshúa, el judío de Nazareth.

Guido Maisuls
Servicio judío de opinión e investigación periodística
www.identidades.com.ar

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